Sami: ayuda a las nuevas empresas y a las PYME a reducir las emisiones de CO2

¿Cuál es la misión de Sami?

Fundamos Sami con la firme ambición de democratizar los compromisos climáticos de las empresas. Para asegurarnos de que todas las empresas se implican y hacen su parte por el planeta. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para luchar contra el cambio climático es un reto extremadamente difícil que llevará tiempo. Requiere la implicación de todos, incluidas todas las empresas, no solo los grandes grupos, sino también las PYME y las midcaps. Las PYME representan el 60% del empleo en Francia y, según nuestras estimaciones, entre el 20% y el 30% de las emisiones francesas de gases de efecto invernadero. Nuestra plataforma simplifica el reto de tomar medidas significativas contra el cambio climático, y lo hace asequible.  

Estas empresas no quieren necesariamente hacer menos, sino todo lo contrario. La toma de decisiones puede ser menos complicada que para las grandes empresas, pero las PYME no suelen disponer de los recursos necesarios para dedicarse a las cuestiones medioambientales y sociales. Antes, la única opción era contratar a consultores para que realizaran una auditoría y definieran un plan de acción utilizando Excel. Una plataforma como Sami simplifica el proceso y ayuda a las PYME a desarrollar una respuesta estructurada y ambiciosa a las cuestiones medioambientales.

¿Cómo funciona Sami?

Las metodologías de auditoría de la huella de carbono para medir el impacto medioambiental de las empresas existen desde hace unos 20 años. Definen reglas contables para medir las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por actividades como el mantenimiento de las oficinas, los viajes de los empleados, los servicios de software, el uso de energía, etc. El reto consistía en digitalizar esta metodología para que el proceso fuera más fluido.  

Uno de los primeros bloques tecnológicos que implantamos fue automatizar el análisis de los datos financieros y asociarlos a los datos contables, que en este caso son las emisiones de gases de efecto invernadero según la categoría de gasto y proveedor. Esto automatiza el cálculo de decenas de miles de líneas de datos sobre cada gasto de la empresa. Poco a poco, añadimos más bloques que permiten la recopilación de datos y el cálculo de emisiones en actividades como los viajes y el trabajo desde casa.  

¿Qué ocurre después de la fase de recopilación de datos?

El análisis de los datos nos ofrece una imagen clara de cómo se divide la huella de carbono entre servicios digitales, compras, oficinas, etc. A partir de ahí, los asesores de carbono de Sami preseleccionan acciones de baja emisión de carbono entre más de 100 opciones posibles para elaborar un plan de acción adecuado. Hay palancas muy diferentes que pueden utilizarse en función del tipo de empresa. Hay muchas acciones climáticas que las empresas pueden llevar a cabo, como concienciar a empleados y clientes, o desarrollar nuevos servicios que permitan a los clientes reducir las emisiones. Situar el tema en el centro del modelo de negocio puede tener un impacto muy significativo.

Las empresas también pueden financiar la transición hacia una baja emisión de carbono, lo que se denomina compensación de carbono. Significa encontrar y apoyar proyectos que reduzcan las emisiones en otros lugares; de nuevo aquí es donde filtramos lo bueno de lo malo y ayudamos a las empresas a elegir los proyectos adecuados. La idea es promulgar un proceso transparente de mejora continua, y repetir el análisis cada año. Se trata de tener un enfoque a largo plazo de la reducción de emisiones.  

¿A qué retos se enfrentan las empresas a la hora de reducir las emisiones en los próximos años?

La Directiva Europea sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) exigirá a las empresas que promulguen una serie de medidas sobre su impacto medioambiental y social, incluida su huella de carbono. A partir de 2024, se aplicará a las empresas con más de 250 empleados en los 27 Estados miembros. Tendrá un efecto rebote en otros países como el Reino Unido.

Tenemos grandes ambiciones de ayudar a miles de empresas, no solo en Francia sino en toda Europa. Es importante que consigamos la adhesión de miles de empresas europeas para poder reducir millones de toneladas de CO2 en los próximos diez años. Estamos en una emergencia climática y es absolutamente imperativo que actuemos con rapidez.

También estamos estudiando países como España y Portugal, donde existe un gran potencial para reducir las emisiones de carbono. Es más difícil porque hay que evangelizar el mercado y concienciar.

¿Qué ha aprendido de los dos primeros años de funcionamiento de Sami?

Definitivamente sentimos que hay impulso. Lanzamos Sami tres días después de que comenzaran los cierres europeos en 2020; podemos ver que hay un interés y una concienciación crecientes sobre la reducción de la huella de carbono. Ahora se está examinando o aplicando casi sistemáticamente en las empresas, incluso en el sector servicios. Todavía estamos al principio, no hay muchas empresas con un enfoque verdaderamente estructurado para reducir las emisiones, pero está cambiando rápidamente.

Al principio pensábamos que las empresas de nueva creación tomarían medidas enérgicas, porque su personal está altamente cualificado y es generalmente más joven. Pero en realidad no fue así. Todavía vemos muchas start-ups que se centran en primer lugar en obtener el máximo beneficio, y no se ocupan realmente de la cuestión climática. Las PYME industriales tradicionales ya están bastante avanzadas en la cuestión. Así que depende. No hay una talla única para todos. Tenemos que conseguir que todo el mundo se suba a bordo.